miércoles, 18 de diciembre de 2013

Rompecabezas

Ver un cuerpo desnudo por primera vez es como dar el primer paso cuando se tienen pocos meses. La diferencia es que primer paso hay uno y nada más. Una vez encontrado el equilibrio, el arte del caminar, ya no hay más sorpresas. Correr es sólo la evolución natural. Es menos descubrimiento que consecuencia.

Mas cada cuerpo desnudo es diferente. Cada ocasión es la original. Cada prenda que cae lenta, demorada, es un fragmento más de ese todo magnífico que eventualmente se nos revelará.

El rompecabezas de la desnudez. La métrica de la piel expuesta. La rima de los poros. La canción del respirar nuevo.

Esa pasión es la que atrapa del cuerpo desconocido. Ver hacia adentro lo que pronto se verá afuera. Imaginar qué y cómo será la forma, y dónde y cuándo la impudicia le ganará a miedo.

Porque la vergüenza es atractiva sí y sólo si al final termina perdiendo. La adrenalina sazona el sudor previo. La sal del agua corporal fue concebida para ser saboreada. ¿Y qué mejor ocasión para hacerlo que en el instante de vulnerabilidad más grande?

Como un peregrino gris recorro los caminos de la piel nueva, buscando las encrucijadas y bifurcaciones, los montes y matorrales, el árbol ocasional. Pieles como nieve o como tierra, dispuestas a ser comprobadas, listas para el mordisco. Fragantes, ansiosas de ser encontradas, elásticas y expuestas.


Desnudos nos amamos más.

Desnudos nos amamos mejor.

1 comentario:

  1. Està bueno lo del rompecabezas dela desnudez. El tema es que, una vez armado, pierde sentido, Habrìa que inventar un rompecabezas onda Rayuela, con infnitas posibilidades de armado. Pero para eso se necesita dela genialidad de in Cortàzar.

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