Esto es lo que yo necesito: la desnudez
de la obediencia.
El estado cándido en el que dejás de ser
tuya para ser mía.
El momento en el que la voluntad se
rinde, se entrega, se disuelve. Como un humo picante y dulce, se desvanece en
nuestro aire.
Acatás mis órdenes porque querés hacerlo.
Algo en vos me llama, pidiendo ser reducida a un objeto. Ser usada, abandonarte
al no-pensamiento, no decidir más. Ansiás la libertad de no elegir.
Y el valor de todo reside en que lo hacés
por vos. No por mí. No obedecés porque yo quiera. Obedecés porque te calienta, porque frente a mí no tenés miedo de ser, mostrar tu yo más real y
profundo.
Eso es lo que vos necesitás.
Que otros opinen. Que otras vilipendien,
juzguen, califiquen.
Nosotros vivimos nuestra vida, en el rol
que nos llena.
Ahora vení a tu jaula. Es hora de jugar.
Entrá si querés ser libre.
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