miércoles, 3 de septiembre de 2014

El árbol

Hay un árbol en mi pecho.

Un día lo plant vivo.﷽﷽﷽﷽exo hacia mi carasea flexible. buena raze una mujer con corset, o unos bigotes como los de Dalé, después de mucho tiempo de pensar pero poco de considerarlo. Me tomó horas y sangre. Fue el dolor más grande que experimenté en mi ya no tan corta vida.

Está en el centro justo de mi esternón, donde apenas hay piel y hueso. Sus ramas se extienden en dirección a mis hombros, mis pectorales, mi corazón. Todavía no son tan largas; decidí dejarles lugar para crecer.

Las raíces apuntan a mi abdomen, mi entrepierna. El árbol está anclado en ese espacio de deseo, el núcleo de mi ser, motor de mis ángeles y demonios.

El tronco que conecta ramas con raíces me atraviesa al medio, una unión no siempre armónica pero sí imprescindible. Parece ser robusto, aunque quién sabe. Preferiría que antes que fuerte fuera flexible.

De a poco voy encontrando algunas figuras que se esconden atrás de este árbol. Desde donde puedo verlo se distingue parte de una mujer con corset, con su sexo hacia mi cara, o unos bigotes como los de Dalí.

Otra gente también va descubriendo presencias ahí, pero desde ángulos diferentes. Quizá algún día catalogue todo lo que cabe en ese árbol. O quizá no: que lo oculto a veces lo es por una buena razón.


Tengo un árbol en mi pecho. Es hijo del sufrimiento y la esperanza. Y está tan vivo como yo.

1 comentario:

  1. hermoso el simbolo y lo que significa para vos... Que crezca y te contenga y te cuide...

    ResponderEliminar