miércoles, 23 de julio de 2014

Bocaculo

Bocaculo me atrapa y no me suelta. Como una lamprea se aferra al órgano que elija, sea proboscético o invaginado, y no cesa en su intento hasta que drena energía, fluidos o una combinación de ambos.

Sabe de mi debilidad por su ser. Sabe que tiemblo anticipando cada encuentro que tengamos. Sabe que a veces el contenedor importa menos que su presencia, y que me satisfacería en cualquier lugar y momento encontrarme con elle.

Bocaculo es un ente compuesto que en su adición supera a sus partes. Tiene humedades y solicitudes, apretamientos y asperezas, dulzores y contracciones, y todo ese conjunto es el que me hace amarle.

No importa el tiempo que haya tardado en descubrir esta pasión. Lo que vale es haberla encontrado y, una vez llegado al Yukón, hacerme cargo del deseo que me genera, la fuerza que me impone.


En el juego de máscaras, bocaculo somete y Domina al mismo tiempo. Su llamado me es irresistible, y elle disfruta de ese poder sobre mí. Pero también goza entendiendo el que yo tengo: darle placer, y tomarme el mío.

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