Me gusta verte putoneando feliz.
Me gusta sentir la vida que emana de vos
cuando te dejás, cuando te entregás a existir. Volás y me hacés feliz, y me
liberás.
Me gusta el rebote que le da a tu paso,
la sonrisa que imprime en tu cara, la canción que se cuela en tu garganta.
Me gusta el meneo que el deseo le pone a
tu culo; carne amplia, inmanente, atávica y complaciente, magreable hasta el
fin de los días.
Me gusta cómo se encienden las luces detrás
de tus ojos cuando sos libre.
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